Las 7.00 AM del domingo y
en pie. A desayunar pensando que tenía que ser regular, ni más despacio ni más
rápido, el ritmo justo en una carrera de perfil llano es lo que se debe hacer.
Para los más cotillas, el desayuno fue: un plátano, una barrita 226 de plátano
y dos rebanadas de pan tostado con mermelada de fresa.
Ahí estábamos mi mujer y
yo a las 8.20 merodeando la zona. Es a las 8.35 cuando me pongo a calentar por
el paseo marítimo. 25 minutos de calentamiento, estiramientos, unos pocos progresivos y a
vestirse de corto que empezaba la juerga. Últimos progresivos y para la línea
de salida.
Arrancó la carrera como
siempre con la marabunta de gente que se piensa que la carrera es de 300
metros, no importa porque poco a poco van quedando atrás y es cuando empieza la
carrera, ya tranquilo y con la frialdad de llevar un ritmo constante, 3.30 el
km en mi caso. Y es que no es fácil porque empiezas muy alterado y uno es
propenso a dejarse llevar. 3.29-3.31-3.32 y así llegamos al tercer km donde se
hace un grupo de 3 muy interesante tirando a ritmo.
El km 4 salió algo más
lento (3.37), yo lo achaco a que es el trozo donde hay algo de desnivel. 3.27 y
pasamos por el km 5 en 17.03. A seguir frío pero con un plus de intensidad y
motivación que te da el hecho de afrontar la parte final de la carrera.
Entonces es cuando se
descolgó uno y me quedé sólo con un corredor y empezamos a tirar a 3.28. Después
un km algo más lento por el desnivel y el repecho importante que hay al acabar
el paseo de la circunvalación (3.36). El siguiente lo hacemos en 3.29. Se
acercan los dos últimos km y decido irme a 3.22 min/km quedando por delante de
mi compañero de viaje. Entre los dos hicimos un gran trabajo.
Al final 35.05 (parciales
5 km: 17.03-17.03), con lo que obtuve mi mejor marca personal. 21º de la
general y 5º del barrio del eixample en una carrera con casi 5000 corredores
inscritos y casi 4000 llegados a meta. Eché de menos la participación de mi
hermano Carlos más que nada para calentar y descalentar porque el cabrón (jaja)
últimamente se me escapa nada más empezar.
Dar gracias a mi mujer
por la putada del madrugón y su comprensión en el día a día (qué paciencia tienes); a mi hermano Luis
por sus ánimos en el km 6,3 de la carrera (qué bien me vinieron); a mis padres por venir a animarme; a
mi hermano Carlos que estaba durmiendo después de haber trabajado y seguro que
estaba con un ojo puesto en el móvil para ver cómo me había ido (eso lo sé de
buena tinta y con ello te sientes apoyado); y como no, al Mestre Jaume Leiva porque
me da la confianza, la motivación y los entrenos mejores posibles. I RUN WITH
LEIVA.
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